Comercio y trafico de especies

Los desastres ecológicos, la deforestación y otras consecuencias de la acción humana provocan daños en la cadena trófica. Sin embargo, en el mundo actual la extinción de especies animales no está tan directamente relacionada con la escasez de alimentos o la contaminación, como con acciones violentas directas (la caza no reglamentada y el comercio ilegal de especies salvajes) o indirectas (la introducción de especies exóticas, en determinados ambientes, que compiten por uno o más recursos con individuos nativos o ya adaptados al lugar).
Cada año se expolia indiscriminadamente las zonas naturales de nuestro planeta, en busca de especies exóticas vegetales y animales que sirvan para complacer la excentricidad de algunas personas, éstas pagan a veces cantidades bastante grandes de dinero para poseer algún animal en peligro de extinción.Lo que pocos saben es que para que uno solo de esos animales llegue a su destino, muchos otros tienen que morir; pocas personas saben que muchas veces al capturar a un animal, hay que matar a la madre o algunos otros miembros de la familia que lo protegen, o que por cada loro que llega vivo a una casa, en todo el proceso han muerto entre cinco y diez loros más, debido a los terribles métodos de captura, las inhumanas condiciones de transporte y almacenamiento, la alimentación inadecuada y el gran estrés al que son sometidos. Por ejemplo, en los aeropuertos se recuperan, en diferentes operativos, aves, mamíferos y reptiles que muchas veces son trasladados dentro de medias de nylon, ocultos en pequeñas cajas o alguna otra alternativa que, generalmente, provoca la muerte de gran parte del cargamento.La poca sensibilización de la sociedad así como la falta de actuación de las autoridades ante esto hace que este tráfico, en vez de disminuir, aumente.

Lo que pretendo con este tema es despertar el interés de la sociedad por descubrir y valorar a la hoy todavía rica naturaleza mexicana.México es uno de los países mas ricos en animales y plantas (biodiversidad), y los mexicanos ignoramos casi por completo su existencia y composición.El ciudadano promedio conoce muy bien a los gorilas, leones, elefantes, cebras, jirafas e hipopótamos, los cuales son animales africanos; a los canguros y koalas que son australianos; los pingüinos, morsas, osos polares, animales de los polos. Pero conocemos muy poco o nada de los tamandúas, saraguatos, tlacoyotes, cochitos, pecaríes, tapires, pavones, quetzales, etc.El hecho de no saber esto apresura los procesos de extinción de nuestra naturaleza e impide la realización de campañas de conservación, por que “no es posible querer, amar y respetar lo que se desconoce”.
Hace un tiempo tuve la oportunidad de comprar un libro de una organización en apoyo a la protección y conservación de animales en la república mexicana con peligro de extinción como son el venado cola blanca, el jaguar, mapache, tlacuache, armadillo, zorrillo, tigrillo, nutria, tejón, comadreja, puma, jabalí, entre otros. Éste contenía entre otras cosas recomendaciones sobre como cuidar al país y a sus especies; recomendaciones que me gustaría compartir. Éstas eran; no comprar ni capturar animales silvestres, no consumir platillos ni artículos que con ellos se elaboran, evitar ser cazador o pescador ilegal, evitar contaminar el campo durante excursiones, y una que quizás para mi sea de las que mas cerca tenemos para llevar a cabo es el demostrar desaprobación ante personas que posean, compren, vendan, industrialicen, y realicen actividades ilícitas con la flora y fauna silvestre.